miércoles, 19 de agosto de 2015

Primeros medios

Mapa de conflictos urbanos SUR

Instrucción: en parejas, descargar el archivo word y completar los cuadros a partir de la información aportada por el Mapa de conflictos urbanos de la ONG Sur. De ser necesario, averigüe más información sobre los temas en Google.

Conflictos urbanos y participación ciudadana

 Finalmente, enviar el archivo completo al e-mail: jcra1982@gmail.com

¡Gracias por tu disposición!

lunes, 26 de septiembre de 2011

38.: Carta a una señorita en París - Julio Cortázar ~


Trigésima octava publicación
 
 Carta a una señorita en París - Julio Cortázar
(cuento perteneciente al libro Bestiario)




domingo, 25 de septiembre de 2011

37.: El Hueso



Todo cuanto se diga de esta historia no es más que el intento por decir algo cercano a lo que ocurrió. La verdad del asunto queda para quienes lo vivieron, y para cada uno será una historia particular.
Pido disculpas a quien lea el desdibujado intento que aquí hago, pero la verdad es que si un día tuve mi verdad, el tiempo se encargó de quitármela, lo que en más de un sentido me alivia y libera.
Disfruten del espejismo y si en algo les resulta familiar, no piensen mucho en ello, dejen pasar el tiempo como yo lo he hecho y luego verán, lo mismo que yo ahora, sólo un recuerdo confuso de un tiempo que ya pasó.

...
 
Iba y venía de un lado a otro de la habitación, se retorcía las manos y espasmódicamente las estrujaba con fuerza contra su cara desfigurada por la desesperación.
Ahora no le quedaba nada, ni siquiera una esperanza, pues lo último que tenía para sobrevivir, se lo comió en un ataque de hambre.
Hambre, ese dolor punzante que hace brotar abundante saliva dentro de la boca al evocar la más mínima sustancia comestible, el más insignificante olor. Ese dolor que llevado al extremo es un taladreo en el vientre, un ácido que parece esparcirse y destrozar todo a su paso.
Pero no tenía sentido seguir pensando en ello, pues su sustento no existía ya. Éste había sido por varios años un pedazo de un hueso de extraña procedencia que disputó en un sótano a un perro que quedó atrapado ahí después de aquel día.
Con gran esfuerzo logró conservarlo. Al principio lo escondió, después lo puso en un frasco, al cabo de un tiempo lo enterró en el patio de lo que le quedaba de casa.
Cuando los inspectores zonales comenzaron a allanar los domicilios de quienes habían sobrevivido diciendo que, tenían órdenes superiores de requisar todo tipo de comestibles con fines comunitarios, no lograron encontrar nada, ni una migaja de pan. Desprovisto de interés para ellos, ese mismo día le comunicaron que estaba excluido de la comunidad.
El tiempo se sucedía sin ninguna señal que acusara que el planeta seguía girando sobre su eje. Ya no quedaban inspectores zonales, ni tampoco ratones, ni perros, ni nada que se movilizara por sí mismo. Sus uñas desaparecían y sus dientes amenazaban hacer desaparecer los dedos.
La desesperación lo hacía su presa, cuando de pronto recordó, como quien es iluminado, el histórico hueso. Corrió al patio, estaba muy oscuro, era de noche, pero eso no importaba, hacía varios años que era de noche. Trató de recordar el lugar exacto, pero no logró dar con él. Escarbó decenas de veces, sus manos sangraban, al fin el agujero de turno era el correcto. Lo encontró.
Que feliz se sintió al olerlo, al mirarlo, al tocarlo. Se podía comer, comer, comer. Pero de pronto pensó en el día siguiente, y en el siguiente y aún más.
Qué tortura tener que pensar.
¿Por qué no se lo comió entonces?, ¿Por qué lo hizo durar tanto tiempo?, ¿Por qué no fue más animal en ese momento si ya no había nadie con quien comparar su más o menos bestialidad? Quizás hubiese evitado tantos años de ataduras y remordimiento, pensando en que no podía comérselo de una vez y, pensando en el día en que los inspectores zonales  se comieron mutuamente, cuando ya no tenían órdenes superiores.
Aquellos días, mejor dicho, aquellas noches ¿eran pasado o futuro?, no sabía qué significaban esas palabras, ya no sabía nada, qué bueno era no saber nada.
Ahora ya no tenía ataduras ni remordimientos, como cuando amarraba periódicamente el hueso con un pedazo de alambre y lo hacía hervir y luego se tomaba el caldo o el brebaje resultante de esa operación.
Conforme pasaron los años, el hueso perdió progresivamente por efecto del agua y el calor, todo color, todo indicio que acusara que alguna vez fue un hueso recubierto de carne.
Sin contar con esos ataques de hambre en lo chupaba y lo chupaba, de vez en cuando lo mordía. Qué agradable era hacer aquello, pero de inmediato aparecía el remordimiento y la angustia de pensar en mañana.
Llegado el momento en que el hueso ya cabía dentro de su boca y por estar padeciendo un ataque de hambre, se lo comió.
Todos estos pensamientos cruzaron rápidamente por su mente, por lo que le quedaba de mente y ya no pensó más. Sólo siguió la dirección de su hambre, siguió comiendo.
Comiéndose.


DAROKHI
Mayo de 1987

sábado, 30 de abril de 2011

36 .:"El Túnel", Ernesto Sabato


Trigésimo sexto texto

EL TÚNEL
Ernesto Sabato
1948



 Adiós Ernesto, siempre serás un grande.

lunes, 25 de abril de 2011

35 .:"Réquiem de la mariposa", de Gonzalo Rojas


Trigésimo quinto texto

RÉQUIEM DE LA MARIPOSA
Gonzalo Rojas
1917


¡GRANDE GONZALO ROJAS!

viernes, 25 de marzo de 2011

Ensayo N° 2


~ Mundo de silencios ~

Hace un par de días en la sala de clases, se nos hizo un comentario acerca de un hecho ocurrido en nuestro país, que involucraba a uno de los hombres más poderosos a nivel mundial, David Rockefeller, un genocida que se dedica a facilitar recursos (que por cierto tiene de sobra) para propiciar ciertos cambios que sean de su agrado otorgando dinero al gobierno de turno; sin embargo no le importa arrasar con lo que sea o quién sea que se oponga, si con esto logra beneficios personales.
Sucede que un chileno logró encararlo, en perfecto inglés, acusándolo de genocida y exigiéndole que se retirara de nuestro país. Este hecho quedó dando vueltas en mi cabeza, ¿Por qué? ... Muchas veces en nuestra vida nos enfrentamos a distintas situaciones que no son de nuestro agrado, presenciamos las más aberrantes injusticias, pero no emitimos sonido alguno para intentar detenerlas. Al ir caminando por la calle, por ejemplo, podemos ver como una persona es agredida y asaltada, pero continuamos caminando como si aquella escena fuese parte de la decoración del lugar. Tal cual papeles en el suelo… pasamos por el lado, aprobando por completo aquel tipo de conductas totalmente antisociales e inscribiendo en nuestras frentes el "culpable", pues "La vida es muy peligrosa. No por aquellos que hacen el mal, sino por los que se sientan a ver lo que pasa" nos dice un importante matemático-físico. Hemos perdido la voz como sociedad para reprobar éstas acciones, nos callamos ante la falta de injusticia preponderante de hoy en día y de esta forma abalamos lo que ocurre a nuestro alrededor, nos hacemos cómplices. Luego, sucede que no nos gusta la sociedad en que vivimos, pero la hemos construido en base a nuestros actos, o en este caso a la ausencia de ellos.
Finalmente argumentamos "Qué podría haber hecho, soy sólo una persona entre miles. Mi cambio no supone el cambio de todos" y subestimamos nuestras capacidades, nos volvemos conformistas, la sociedad se estanca, tal como está ahora. La gente comienza a preocuparse más por el elevado precio de la bencina, más que por el hecho que lo provoca, como es la guerra de un país.
Aunque no nos damos cuenta, celebramos el invento de un nuevo celular que incluye 200 aplicaciones más que no vamos a utilizar jamás y decimos "miren nuestro progreso", sin embargo "La palabra progreso no tienen ningún sentido mientras haya niños infelices" nos vuelve a recordar el matemático. Olvidamos que el vecino también sufre, olvidamos ser humanos...
¿Qué somos finalmente? Intento de seres, pero estamos lejos de ser personas, pues la ética y la moral son pequeñas niñas perdidas en un bosque de avances descontrolados que llamamos civilización. ~

Alejandra Badilla 
4to medio B
     

viernes, 18 de marzo de 2011

Homenaje a Violeta Parra - Despues de Vivir un Siglo


Despues de Vivir un Siglo

Año: 2001
Estilo: Pop Rock - Hip Hop - Rock
País: Chile
Tamaño: 55.57 MB
Tipo: Audio
Host: MediaFire

Tracklist:
  1. Los Petinellis - Y arriba quemando el sol
  2. Juanita Parra - Adiós que se va segundo
  3. Joe Vasconcellos - Run Run se fue pa'l norte
  4. Chancho en Piedra - Casamiento de negros
  5. Dracma - Que dirá el Santo Padre
  6. Santos Dumont - La jardinera
  7. Lucybell - Arauco tiene una pena
  8. Los Miserables - Miren cómo sonríen
  9. Javiera y Ángel Parra - La lavandera
  10. Mamma Soul - Volver a los 17
  11. Anamaría Tijoux - Santiago penando estás
  12. Canal Magdalena - De cuerpo entero
  13. Los Bunkers - Gracias a la vida